lunes, 17 de junio de 2013

Nuestra nueva vida… O lo que tendría que haber sido nuestra nueva vida.


Nuestro piso, por fin habíamos conseguido tener nuestro hogar, nuestro. Todo teníamos que ser felices en nuestro hogar, tener nuestros niños y vivir felices y tranquilos, pero no fue así.
Cuando firmaos la compra del piso pensábamos mudarnos enseguida, pero no pudimos porque nos faltaba un papel para poder pedir el gas; vivir en invierno sin agua caliente y calefacción, no es una buena idea. El papel tardo casi un mes, pero impacientes queríamos pasar las navidades en casa, y así lo hicimos, conseguimos tener agua caliente, pero no calefacción porque estaba roto un motorcito de la caldera nueva, increíble; pero bueno con calefactores de luz estábamos bien, y solo fue una semanita.
Fin de año fue maravilloso, los pasamos con mi mejor amiga y su marido; cenamos en casa, salimos un ratito, mi amiga con su tripa de embarazada no estaba para mucho trote, y una última copa en casa.
Llego enero'11 y otra visita a la ginecóloga, ya sabíamos que yo estaba bien y teníamos problemas con los espermas, pero la doctora pidió otro seminograma para ver si podían mejorar; pero no, el resultado era peor, así que nos derivo a Sant Pau, nos advirtió que había 2 años de lista de espera; que palo, pero bueno como todo los médicos dices, tenemos suerte que yo soy joven (entonces tenía 28). También nos derivo al urólogo, haber si se podía hacer algo.
Aunque la compra del piso nos dejo con poco dinero y una hipoteca con la que cargar todo iba bien, mi marido tenía trabajo y yo también.
En febrero'11, fuimos a pedir el contador del agua, hasta entonces cogíamos el agua del contador de obra. Y ya para marzo fui a poner el de la luz a nuestro nombre, y allí llego la gran sorpresa.
El promotor siempre nos dijo que sin el contador no les daban la célula de habitabilidad, y cuando nos llamaron diciendo que ya estaba la célula, fuimos al piso y vimos que habían puesto contadores. Pero no eran contadores reales, eran cuenta pasos. Cuando fui a Fecsa para poner el contador a nuestro nombre, nos dijo que en el bloque no había ningún contador, solo el de obra, y que lo que había en el cuartito de los contadores debían ser cuenta pasos para que el promotor nos cobrara la luz. No nos preocupamos mucho porque como de momento no nos había cobrado nada, pues pensamos que no nos lo cobraba por los atrasos que hubo en la entrega del piso; así se quedo por el momento la historia de los contadores.
Llego la visita al urólogo y le receto unos sobres “androfertil” que valían una pasta 90€ y solo tenías para un mes; por suerte había una oferta que si tenias dos códigos de barras te regalaban una caja, así que tuve dos de regalo, una a nombre de mi marido y otra a nombre del marido de mi mejor amiga. Pero no sirvió de nada, mejoraron las formas pero nada más. Mas seminogramas, una ecografía y hubo resultados de todo tipo, de peores y el ultimo salía bastante bien, la eco bien. El doctor nos llego a decir que con el resultado del ultimo seminograma incluso podíamos quedarnos nosotros solos.
Los promotores del bloque vendieron la empresa, y los nuevos dueños “los de Lérida” nos advirtieron que teníamos un problema en la escritura, que no se había podido registrar en el registro de la propiedad y que por lo tanto aunque teníamos el piso escriturado no era del todo nuestro. Pero la hipoteca sí que era nuestra, porque cada mes la estábamos pagando. También nos dijeron que estaban solucionando el tema de Fecsa para poder tener la luz en el bloque, aunque esta gente cuando se puso en contacto con nosotros fue para decir que habían hecho presidente del bloque a mi marido y que habían abierto una libreta en la que teníamos que poner dinero para pagar la luz o nos la cortarían.
Al final los cuatro propietarios que habíamos comprado pisos tuvimos que hacer frente al pago de la luz del bloque, ya que esta gente tiene 11 pisos más pero no se hacen cargo de su parte de comunidad.
Llego la navidad y luego fin de año, que esta vez lo pasamos en casa de mi amiga, como tenía la niña pequeña, pero fue una M, si un rollo, solo teníamos ganas de coger el coche y volver a nuestra casa.
Y la gran desgracia del piso, llego en febrero. El día de San Valentín trabajaba y pensaba que por la noche podía preparar una cenita romántica; pero nada de lo soñado paso. Llegue a medio día y no había luz, algún corte de luz, pensé; volví a trabajar y cuando regrese seguía sin luz, que extraño. Llame a mi marido y cuando llego miramos en la casita del contador de obra, estaba precintado, nos habían cortado la luz. Llamamos a los de Lérida y nadie respondió hasta el día siguiente, nadie sabía lo que había pasado.
Solución: llamar al electricista del bloque y conectar los fusibles que habían sacado los de Fecsa; y se hizo la luz. Pero al cabo de una semana volvieron los de Fecsa y cortaron los cables, se acabo la luz. Finalmente del 25 de febrero'12 nos fuimos del piso, después de estar viviendo cuatro días sin luz. Hasta la fecha de hoy, estamos pagando la hipoteca del piso y viviendo en otro lugar; por suerte teníamos la casa donde vivía mi abuela vacía y aquí estamos viviendo desde hace ya casi un año y cuatro meses.

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